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La estrategia corporativa representa el nivel más alto, permite definir el tipo de empresa que se quiere ser, los negocios en que se quiere operar, y la ponderación relativa de las unidades de negocio. Su contenido incluye:
Visión de la empresa
De una forma más o menos explícita, toda empresa debe definir su ámbito de actuación, esto es, su misión como empresa. Normalmente ésta se expresa en términos de: 1) ámbito de productos, 2) ámbito de clientes, 3) ámbito de mercados, 4) ámbito geográfico y 5) características distintivas. La visión se debe completar con alguna indicación sobre los términos generales que orienta la relación de la misma con los distintos grupos que tienen intereses sobre la empresa, propietarios o accionistas, empleados, clientes, proveedores, y la comunidad en la que sirve. Esto es a lo que se le llama la filosofía corporativa, o su código fundamental de actuación. Finalmente, para completar la visión de la empresa deben definirse unos objetivos cuantitativos o fines agregados de la corporación, la forma como estos se medirán, y el estándar de comparación, estableciendo las fuerzas diferenciadoras de la empresa frente a la competencia y las claves para el éxito.
Configuración de la empresa
Se refiere a segmentar las responsabilidades de la empresa, dependiendo de la estrategia seleccionada, en unidades homogéneas en términos de productos, clientes, mercados y competidores. Un consenso sobre la división de las mismas en unidades estratégicas de negocio, para que cada unidad sea capaz de crear ventajas competitivas que le permitan competir. Es necesario considerar también la integración entre negocios, estrategias horizontales, e identificar si es necesaria una integración vertical.
La distribución de recursos corporativos
Se deben ponderar los negocios, los recursos económicos son limitados además de los seres humanos capacitados para las tareas necesarias para la consecución de la estrategia.
Estrategia internacional
Una de las funciones o tareas de la estrategia corporativa es definir su forma de competir en el mundo, su internacionalización, para lo cual es necesario entender primero que es y posteriormente visualizar su proceso.
Porter (1986), ve la competencia internacional de dos formas: la primera; la multi-doméstica, en la cual se establece que la competencia en cada país es independiente de la competencia en otro. Por lo tanto, la ventaja competitiva es específica de cada país. La segunda, la competencia global, que establece que una industria es afectada en su posición competitiva por la posición de esta misma en otros países. Las implicaciones sobre la estrategia son profundas, en la primera se puede dirigir la firma como un portafolio, es decir la estrategia puede estar determinada por las condiciones de la competencia del país local. En una industria global, dirigir actividades internacionales como un portafolio no tendrá en cuenta la posibilidad de obtener ventajas competitivas.
Las dos dimensiones de cómo una firma compite internacionalmente son: a) La configuración: es la localización en el mundo donde cada actividad de la cadena de valor es desempeñada; y b) La coordinación: son las actividades de unión desempeñadas en diferentes países. No existe una sola estrategia global, estas dependen de la configuración y la coordinación a través de la cadena de valor. Los factores que favorecen las actividades de concentración en una o pocas localizaciones son entre otras: las economías de escala, la curva de aprendizaje, alguna ventaja competitiva de la localización y ventajas de coordinación.
El hecho de pertenecer a un país en particular también afectaría el desempeño de la firma. Los determinantes de la ventaja comparativa, han ofrecido una importante extensión en el entendimiento del impacto de las condiciones de una nación sobre las ventajas competitivas de una firma (Porter,1990). Estos análisis se basan en tres principios: a) El entorno nacional de una firma influye poderosamente en su desempeño, en particular sobre los recursos y capacidades que se desarrolla. La firma toma su identidad de la nación a la que pertenece. b) Sostener la ventaja competitiva a un nivel internacional depende de factores dinámicos, sobre todo en la innovación. c) El impacto principal del entorno nacional sobre el desempeño de la firma, no es tanto sobre los recursos existentes dentro del país, sino las condiciones dinámicas que influyen sobre la innovación.
La forma como las condiciones nacionales influyen en la ventaja competitiva de la firma en industrias que compiten internacionalmente, se resume en el gráfico del diamante. Para el análisis de éste, es necesario centrarse sobre los factores del país, principalmente sobre los recursos existentes y, segundo, sobre el rol de los recursos más especializados. La industria de soporte es uno de los recursos más importantes de la nación para algunas industrias. Las condiciones de la demanda en el mercado doméstico hacen que la industria avance o no. Finalmente, la estrategia, la estructura y su rivalidad hacen referencia a la competencia doméstica, la cuál ejerce una influencia sobre la innovación y el avance sobre las ventajas competitivas.
La competencia doméstica es usualmente más directa y personal entre compañías de la misma nación. Como resultado, el mantenimiento de una fuerte competencia dentro de los mercados domésticos, es probablemente estimulo para la innovación y la eficiencia.