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Muchas decisiones de negocios dependen de algún tipo de pronóstico. Por ejemplo, los contadores recurren a los pronósticos de costos e ingresos para realizar la planeación fiscal; el personal de recursos humanos necesita pronósticos para reclutar personal; los equipos de mercadotecnia requieren de pronósticos para establecer los presupuestos de promoción; los responsables de la planeación financiera los necesitan para administrar el flujo de efectivo; y los encargados de planear la producción usan los pronósticos a fin de estar en posibilidad de planear la capacidad, los niveles de inventarios y las actividades que se deben llevar a cabo en el taller.

Además, los pronósticos pueden medir o cuantificar la variabilidad de la demanda durante el tiempo de espera que, a su vez, puede ser de utilidad para mantener niveles de existencias de seguridad adecuados. Los niveles de inventario de existencias de seguridad adecuados son susceptibles de minimizar los costos de llevar un inventario y de agotar existencias que se relacionan con estos artículos.

Los pronósticos son sólo afirmaciones acerca del futuro. Los pronósticos correctos pueden ser de gran valor; sería muy valioso, por ejemplo, recibir hoy la edición de mañana del Wall Street Journal. Sin embargo, no todos los pronósticos son útiles. Algunos estadounidenses, a manera de ejemplo, han utilizado las victorias de la Conferencia Americana de Fútbol (AFC) en el Super Bowl, para predecir un año poco favorable en las cotizaciones promedio de las acciones del índice Dow Jones, y las victorias de la Conferencia Nacional de fútbol (NFC) para proyectar un año favorable. Desde luego, lo anterior carece de sentido. Es evidente que resulta imperativo distinguir entre los pronósticos per se y buenos pronósticos.

Pronosticar es el arte de especificar información significativa acerca del futuro.

Las decisiones relativas a la planeación a largo plazo exigen que se consideren muchos factores: las condiciones económicas prevalecientes a nivel general, las tendencias en la industria, las acciones probables de los competidores, las condiciones del entorno político en general y demás. Los pronósticos extrínsecos se formulan en función de asociaciones externas, por ejemplo, entre las ventas de aparatos electrodomésticos y el ingreso personal disponible, o entre las ventas de casas y la disponibilidad de hipotecas. Para la planeación financiera, las compañías requieren de los pronósticos extrínsecos de las ventas agregadas durante el año, por línea de productos. No obstante, estos pronósticos agregados son de escasa utilidad en la planeación de la producción, pues en este caso hay que planear las cantidades de producción de todos los artículos que componen la línea de productos. En algunas compañías que sólo cuentan con cinco líneas principales de productos, quizá sea necesario hacer pronósticos, por separado, de 10,000 artículos. Tal pronóstico por artículo requiere pronósticos rutinarios con base en información previa.

Los pronósticos por artículo sólo se necesitan para productos finales. Por ejemplo, la demanda de puertas para automóviles en una planta de ensamble puede obtenerse con sólo duplicar o “expander” el pronóstico del producto final correspondiente a los automóviles de dos puertas, lo cual se conoce como demanda dependiente.

Notas del libro: Planeación de la Producción y Control de Inventarios de Narasinhan